Águila de Oro


Santiago Segurasantiago segura

Es bastante probable que muchos cortometrajistas jóvenes asocien a Santiago Segura con el show business, la televisión y cierto tipo de cine. Esto es comprensible, dada la capacidad del personaje para generar atención a través de las más variopintas fórmulas y también porque han pasado más de 20 años desde aquel Goya a su cortometraje ‘Perturbado’.

A finales de los años 80 asistí a un seminario que el maestro Berlanga impartió en Proyecto Piamonte, un pequeño local sobre un garaje que Marisa Paredes y Julieta Serrano convirtieron en uno de esos epicentros de la cosa cultural que, de tan honestos, se quedaron sin el merecido reconocimiento. El caso es que, durante los días que duró aquel seminario, era imposible no fijarse en Santiago. Estaba empeñado en traer sus cortos en Super-8 para que los viera el maestro, cortos mudos  sobre los que él interpretaba las voces de todos los personajes.  No los trajo, pero Berlanga tardó poquísimo en detectar cuál era allí el alumno que destacaba sobre los demás. Y apuesto a que finalmente Santiago consiguió enseñárselos.

Poco después, en un viaje al festival de cine de animación de Espinho en Oporto, se subieron en mi coche Santiago y dos de sus amiguetes. Siete horas oyéndoles cantar grandes éxitos de Disney en varios idiomas fueron suficientes para darme cuenta de que llevaba en mi coche algo fuera de lo normal. Mezclaban con desparpajo un conocimiento cinematográfico enciclopédico con lo más underground, fresco, joven, pop y contracultural,  la vanguardia tecnológica y lo grasiento en una batidora friki  de proporciones épicas. Y me hice fan y fiel seguidor desde la  barrera.

Cuando le nominaron al Goya tras haber participado en todos los concursos imaginables de televisión para financiar sus cortos, escuché la leyenda de la carta lacrimógena que Santiago envió a los académicos. Eran tiempos analógicos y probablemente  él se anticipó, como siempre, al marketing que hoy domina los premios Goya. Se dice que mandó un VHS a todos los miembros de la Academia, pidiendo el voto para su corto porque su abuela, gravemente enferma, soñaba con ver a su nieto por la tele recogiendo el premio. Y lo ganó, claro. 

Luego llegaron los Torrentes, su carrera como actor y como productor, apostando por joyas poco reconocidas como ‘La máquina de bailar’. Hay muy poca gente capaz de trazarse una carrera tan coherente, con ese talento para escoger y para decir  no, para moverse por la vida y por su cinematografía tomando  decisiones atrevidísimas, sin importarle el qué dirán, con ese par de huevos que solo podría tener un tipo de Carabanchel que sabe lo que quiere, al que le llaman para hacer cameos gente como Guillermo del Toro o Adam Sandler. 

Pero si admiro su trayectoria es sobre todo por esa especie de clarividencia permanente, por ser capaz de dar en el clavo una y otra vez sin patinar, sabiendo siempre lo que la gente quiere ver y escuchar, en todo momento, con esa capacidad de sintonizar con la sabiduría popular, con la cultura de las masas, desde el entendimiento, el cariño y el respeto. Porque solo desde la verdadera comprensión y aceptación de lo que somos, se puede  crear ese humor no exento de crítica, ese retrato de España lleno  de ternura, que consigue la ansiada complicidad y simpatía del respetable.

20 años desde el Goya al actor revelación y casi 20 desde el Goya al director novel. 20 años arrastrando a millones de espectadores a las pantallas de cine y televisión. Muy poca gente  consigue hacer eso. Con este homenaje queremos reivindicar a Santiago Segura para el cortometrajismo español y aprovechar  para señalar que ya le va tocando otro Goya y que, tal vez, habría que ir pensando en uno honorífico. O mejor, uno creado  especialmente para él: el Goya a los que rompen moldes sin hacer heridas. 

Pepe Jordana

Productor, realizador y director artístico del FICA

 

Hace unos años, en una galaxia no tan lejana, Santiago Segura salió a presentar un premio en los Goya y se marcó un monólogo mundial, porque sólo él es capaz de hacer reír a una sala llenita de colegas de profesión mientras cariñosamente les dice tres o cuatro cosas como por ejemplo que a veces votan en función de los amiguetes que tienen nominados, o que el Torrente en curso en aquella ceremonia, pese a haber recaudado una barbaridad de dinero, no había recibido candidatura alguna a los premios, no ya a mejor película, ni siquiera fotografía, sonido o efectos visuales ¿se debió a la cosa de la envidia nacional? No sabría decirles, eso o tal vez como decía Fernando Fernán Gómez en aquel documental de David Trueba “el defecto de los españoles no es la envidia, es el desprecio”... Ahí lo dejo

En cualquier caso, la queja del cineasta sobre la ausencia de su película en todas las nominaciones estaba justifica: El cine de Santiago Segura se ha caracterizado siempre por darlo todo técnicamente. Más allá de los cameos (según Álex de la Iglesia sólo nuestro homenajeado sabe cómo incluir estas colaboraciones adecuadamente en el cine español), de las pajillas, de los escuderos chapuceros y de la parodia nacional, los Torrentes han sido un territorio donde se ha usado desde la estereoscopía (o más conocida desde ‘Avatar’  como 3D), hasta los últimos adelantos  en sonido y efectos digitales...

También, y desde sus inicios, su cine se ha caracterizado por algo fundamental: cinefilia. Basta ver cómo están rodados su cortometrajes para descubrir, por ejemplo, homenajes al mítico Jacques Tourner y La mujer pantera en ‘Perturbado’. Santiago Segura es alguien que ha visto y ve mucho cine, y cuando digo ver,  no me refiero sólo a las que visiona en los cines, me refiero también a observar  a sus compañeros a través de sus participaciones como actor en películas de Álex de la Iglesia, Fernando Trueba o  sus cameos en los trabajos de Guillermo  del Toro: Ver rodar a estos gigantes estoy  seguro de que también es fundamental en el cine de Santiago.

Y si él ve mucho cine, no les cuento la de gente que ha visto sus cortos y largometrajes. La saga Torrente ha superado  los 16 millones de espectadores en España, siendo un fenómeno casi único en cuanto a saga en el cine de aquí (con el permiso de la Berlanguiana ‘Nacional’ en los 80, con la que Torrente tiene más en común de lo que cabría imaginar). Las  aventuras de este tosco agente de la ley  y el desorden ha sido al cine español, lo que la Coca-Cola al mundo de los refrescos. En Taller Canal+, un programa  de tengo el gusto de presentar y coordinar en Movistar Plus TV, le preguntamos a la limón Fausto Fernández de Fotogramas, Luis Martínez de El mun- do y servidor si habría un Torrente 6.  Santiago dijo que la respuesta la tenía el público, y efectivamente, es la gente la última y verdadera destinataria de sus películas. 

Miguel Parra Periodista,

presentador de “Taller Canal+” y “Estrella invitada” en Movistar+ 

 

Nosotros no somos amigos, sino amiguetes, que es algo mucho más profundo. Todavía me pregunto por qué llegamos a serlo. Quizá haya sido porque ambos fuimos elegidos hace mucho tiempo para realizar un programa educativo privilegiado. Los  dos hicimos la EGB. Cursamos asignaturas como pretecnología de la que, solo aprenderse el nombre, nos llevó más de dos meses. Estudiar con cincuenta compañeros por clase, todos del género masculino, deja una huella un poco rara, pero la deja. También  crecer sin Internet, sin móviles y lo peor de todo, con una sola cadena de televisión  disponible porque la maldita UHF no funcionaba nunca y cuando lo hacía, los pro- gramas eran de esos que llaman “culturales”, es decir, de los que no ve ni Dios. Así  que nos hicimos mayores en blanco y negro, viendo el ‘Un, dos, tres’, y a un señor con bigote que se llamaba Íñigo que llevaba a su programa a tipos que doblaban cucharas con la mente. Nosotros nunca conseguimos doblar una, pero supusimos que era por las interferencias emitidas por los alienígenas del planeta Ganímedes. Así, al contrario que otras generaciones que se construyeron leyendo a Sartre o a Beauvoir, nosotros  nos forjamos a fuego con ‘Mortadelo y Filemón’ y con ‘Anacleto Agente Secreto’.  Después evolucionamos e incomprensiblemente llegamos a la universidad que no era  otra cosa que un intento pueril de prolongación de la infancia tratando de evitar lo innegable: que nos hacíamos mayores.  Elegimos la misma carrera porque a los dos nos gustaban los cómics y dibujar. Cuando empezamos en los ochenta había un mito propagandístico que proclamaba que hacer Bellas Artes era como tener cinco años de vacaciones y el destino quiso que comprobáramos que se trataba de una verdad  irrefutable. Allí conocimos cada detalle del bar y de los jardines de la facultad y al resto de los amiguetes. También a un profesor que dijo que pintabas como Bonnard.  Al menos ese aparecía por clase, a otros muchos no les vimos el pelo jamás. Nosotros  sí que íbamos a hacer uso de unas instalaciones pagadas por todos los españoles, como  dijiste a un profesor, nosotros íbamos a la facultad por patriotismo. No sé por qué se cabreó tanto y por qué dijo que aquello era un patochada. Después de la carrera, cuando nos dimos cuenta de que nuestros padres ya no iban a subvencionar más veranos  de dolce far niente, te propusiste hacer un corto en 35 milímetros. Ya habías hecho  ‘Relatos de la Media Noche’, con aquella cámara de vídeo que te dejó tu tío (que no era consciente de a qué mente depravada se la dejaba), pero querías más, querías el gran salto al cine profesional y nos convenciste a todos para hacerlo. Así nació ‘Evilio’  que tuvimos que rodar en una antigua casa de lenocinio (eufemismo utilizado para  referirse a una casa de putas) por falta de presupuesto. Luego comenzamos a ir a festivales por toda España. En uno de ellos Tarantino se puso la camiseta de ‘Evilio’ y dijo  “Cool, it´s cool”. También comenzaste a recibir tus primeras críticas oficiales que leímos con avidez para preguntarnos todos qué era lo que significaba “zafia realización”.  Después fuimos a muchos más, todos pequeños, todos humildes, pero todos hechos  con un entusiasmo contagioso, hasta que vinieron los largos y tu éxito, pero fue gracias a los cortos, a los festivales y a esos inicios, el motivo por el que, a día de hoy, las cinco entregas de Torrente están entre las 10 películas españolas más taquilleras de todos los tiempos. Por eso cuando el amiguete Jordana te propuso acudir al festival  de Aguilar, pensaste que le debías algo al mundo de los cortos y por lo tanto al cine  porque es en este tipo de festivales donde empiezan los futuros Santiagos Seguras. Hay que confesar que también estaba el incentivo monetario, aunque en este festival se paga con una moneda un poco rara que no se emite en ningún banco ni está sujeta a devaluaciones, aquí te pagan con cariño. Por eso decidiste aceptar, bueno, por eso y porque hacen unas galletas que quitan el hipo y ya sabemos tú y yo que esa era una oferta que no podíamos rechazar.

 Roberto Guijarro,
“Gestor de tecnología y Amiguete” 

 

Filmografía


SANTIAGO SEGURA

DIRECTOR

2014 Torrente V: Misión Eurovegas

2011 Torrente 4

2005 Torrente 3: El protector

2001 Torrente 2: Misión en Marbella

1998 Torrente, el brazo tonto de la ley

1994 Evilio vuelve (cortometraje)

1993 Perturbado (cortometraje)

1992 Evilio (cortometraje)

1989 Relatos de la Media Noche (cortometraje)

ACTOR

2016 La Reina de España, de Fernando Trueba.

2015 Mi gran noche, de Álex de la Iglesia.

2015 The Strain, de Guillermo del Toro, Chuck Hogan.  (TV

Serie)

2015 Rey Gitano, de Juanma Bajo Ulloa.

2014 Un país de cuento, de José Mota. (TV Movie)

2014 Torrente V: Misión Eurovegas

2013 Las Brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia.

2013 Gente en sitios, de Juan Cavestany.

2013 Esposados, (Serie TV)

2013 Pacific Rim, de Guillermo del Toro.

2013 Fenómenos, (Serie TV).

2013 Hotel 13 estrellas, 12 uvas, de Pau Escribano y Marc

Martín.

2012 Le Chef, de Daniel Cohen.

2012 Se7en, los 7 pecados capitales de provincia, de José Mota y

Rodrigo Sopeña.

2011 Torrente 4

2011 La chispa de la vida, de Álex de la Iglesia.

2011 Jack y su gemela, de Dennis Dugan.

2011 Inquilinos, de Inés de León. (TV Serie)

2011 2011: ¿Estamos contentos?, de José Mota y Rodrigo Sope-

ña. (TV Serie)

2010 ¿Qué fue de Jorge Sanz?, de David Trueba y Jorge Sanz.

(TV Serie)

2010 El Gran Vázquez, de Óscar Aibar.

2010 Balada triste de trompeta, de Álex de la Iglesia.

2010 La hora de José Mota, de José Mota. (Serie TV)

2010 Tensión sexual no resulta, de Miguel Ángel Lamata.

2008 Manolete, de Menno Meyjes.

2008 Hellboy II: The Golden Army, de Guillermo del Toro.

2008 Astérix en los Juegos Olímpicos, de Frédéric Forestier y

Thomas Langmann.

2007 Ekipo Ja, de Juan Muñoz.

2006 Isi & Disi: Alto Voltaje, de Fernando Trueba.

2006 La máquina de bailar, de Óscar Aibar.

2006 Bienvenido a casa, de David Trueba.

2005 Torrente 3: El protector

2004 El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo, de Juan

Cavestany y Enrique López Lavigne.

2004 El Inquilino, (Serie TV).

2004 Di que sí, de Juan Calvo.

2004 Promedio Rojo, de Nicolás López.

2004 Isi/Disi: Amor a lo bestia, de Chema de la Peña.

2004 Hellboy, de Guillermo del Toro.

2004 Agente Cody Banks II: Destino Londres, de Kevin Allen.

2003 Una de Zombis, de Miguel Ángel Lamata

2003 Tiptoes, de Matthew Bright.

2003 Beyond Re-Animator, de Brian Yuzna.

2003 El Oro de Moscú, de Jesús Bonilla.

2002 El sueño de la maestra, de Luis García Berlanga.

2002 Asesino en serio, de Antonio Urrutia.

2002 Blade II, de Guillermos del Toro.

2001 Torrente 2: Misión en Marbella

2001 Chica de Río, de Christopher Monger.

2001 7 Vidas, (Serie TV).

2000 El derecho de las patatas, de Mercedes Gaspar.

2000 Obra Maestra, de David Trueba.

2000 Sabotage!, de Esteban Ibarretxe y José Miguel Ibarretxe.

1999 El corazón del guerrero, de Daniel Monzón.

1999 Petra delicado, de Francesc Betriu, Alicia Giménez y

Andrés Vicente. (Serie TV)

1999 Pídele cuentas al rey, de José Antonio Quirós.

1999 París Tombuctú, de Luis García Berlanga

1999 Muertos de risa, de Álex de la Iglesia.

1998 A las once en casa, (Serie TV)

1998 La niña de tus ojos, de Fernando Trueba.

1997 Perdita Durango, de Álex de la Iglesia.

1997 Airbag, de Juanma Bajo Ulloa.

1997 Sólo se muere una vez, de Esteban Ibarretxe.

1996 La buena vida, de David Trueba.

1996 Tengo una casa, de Mónica Laguna.

1996 Killer Barbys, de Jesús Franco.

1996 Matías, juez de línea, de Santiago Aguilar y Luis Guridi.

1995 Two much, de Fernando Trueba.

1995 El día de la Bestia, de Álex de la Iglesia.

1995 Cuernos de mujer, de Enrique Urbizu.

1995 Apatruyando la ciudad, de Juan Lesta.

1995 Los resucitados, de Arturo de Bobadilla.

1994-1997 Canguros, de José Miguel Ganga.

1994 Evilio vuelve (cortometraje)

1994 Todo es mentira, de Álvaro Fernández Armero.

1993 Todos a la cárcel, de Luis García Berlanga.

1993 Perturbado (cortometraje)

1993 Acción mutante, de Álex de la Iglesia.

1992 El cobrador de gas sólo llama una vez, de Diana de Petri.

1992 Evilio (cortometraje)

1990 Eduardo, de Diana de Petri.

1989 Relatos de la Media Noche (cortometraje)

Fuente: IMDB

 

Cuando le nominaron al Goya tras haber participado en todos los concursos imaginables de televisión para financiar sus cortos, escuché la leyenda de la carta lacrimógena que Santiago envió a los académicos. Eran tiempos analógicos y probablemente  él se anticipó, como siempre, al marketing que hoy domina los premios Goya. Se dice que mandó un VHS a todos los miembros de la Academia, pidiendo el voto para su corto porque su abuela, gravemente enferma, soñaba con ver a su nieto por la tele recogiendo el premio. Y lo ganó, claro.


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