«El FICA es todavía mejor de lo que me habían contado»
ELSA ORTIZ
Actriz, directora y escritora. Independiente, madre y muy feliz. Estos son los trazos que dibujan una de las presenciasreseñablesde la vigésimo séptima edición del Festival Internacional de Cortometrajes de Aguilar de Campoo (FICA): Natalia Mateo, que se define a sí misma como «una persona plena».
Su sueño no era hacer cine. Su sueño se construyó sobre la referencia de mujeres como Rosa María Sardá y Aurora Redondo. Persiguiéndolo, comenzó a formarse como actriz de teatro. «Lo que sucedió es que mientras estaba estudiandodescubrí que encajaba mejor con directores y dramaturgos que con otros intérpretes. Entonces, a la par que seguía cursando Arte Dramático me apunté a diferentes cursos con la intención de aprender a dirigir», recuerda.
Al finalizar sus estudios tuvo su primer encuentrocon el séptimo arte. «Entonces estaba trabajando en un espectáculo en el que yo había escrito e incluso dirigido alguno de los sketches. Uno de los textos era ‘Carisma’, de David Planell. Como estaba funcionando genial en el teatro, se le ocurrió hacer un cortometraje. En ese momento yo ni siquiera sabía lo que era, pero acerté y me alucinó. Fueron unos días increíbles y ahí tuve la suerte de conocer a Pepe Jordana, que entró como productor porque ninguno sabíamos lo que se hacía con ese material rodado», explica Natalia Mateo.
Que el mundo cinematográfico no está pasando por su mejor momento es por todos bien sabido. Sin embargo, para la actriz, directora y escritora conquense, «el cine nunca ha estado bien cuidado, creo que tiene grandes problemas estructurales. El cine vive un momento malo siempre, que no se superará hasta que no curemos heridas profundas. Nuestra crisis no pasa por lo económico sino porque nos encontramosun lugar donde hay mucha trampa».
El año pasado, el FICA contó con Natalia Mateo como integrante del elenco actoral de ‘Epitafios’, de María Ballesteros. Además, en anteriores ediciones, recibió el premio a mejor actriz por ‘Ponys’ y ‘Sin respuesta’. «Sé que también ha formado parte del certamen ‘¡Qué divertido!’, una obra que dirigí hace años», señala, añadiendo que el festival «es todavía mejor de lo que ya me habían contado. Nunca he podido asistir por cuestiones de trabajo y todo es mejor de lo que me esperaba. Creo que es una labor muy bien hecha; que se reparte perfectamente por el pueblo, dando prioridad a su gente y no a la del cine. Considero que hay muchas cosas que hacen que sea ecuánime el contenido con el sitio donde se está haciendo. Me encanta».
Califica a los cortometrajistas como gente muy agradecida y solidaria. «Nos cuidamos mucho entre nosotros. Aguilar de Campoo es conocido en el mundo de cortometraje y del cine. Cuando uno se va un puente de su casa y lo dedica al festival es por gratitud. Este año yo he venido y no tengo nada en el certamen; sin embargo, lo estoy viviendo como si se me fuera la vida en ello», reconoce.
La cara y la cruz de la dedicación de Natalia Mateo coinciden en un mismo punto: «mi oficio es mi hobbie y eso probablemente sea la parte negativa, porque me olvido de las vacaciones y de cualquier otro plan». En el futuro de esta polifacética mujer se mezclan teatro y cine. «Tengo una obra en Argentina y otra a punto de montar en México. Acabo de rodar una película hace un mes y ruedo otra en mayo, ambas como actriz. Además llevo dos años en Madrid, en el ‘Teatro Alfi’, con mi compañía de improvisación».